Los autores exponen con claridad los continuos cambios histológicos porque los tejidos del tracto genital, como es bien sabido, están cargados de receptores hormonales para estrógenos, progesterona y andrógenos. Además, son sensibles a muchos medicamentos. Estos cambios, sin duda, se aprecian notablemente examinándolos empleando el colposcopio, instrumento que siempre debe estar a la disposición inmediata del ginecólogo.
El libro destaca las grandes ventajas de observar con el colposcopio la vulva, la vagina y el cuello uterino, y detectar las alteraciones en sus inicios y sus extensiones. El libro explica también los índices colposcópicos; los trastornos del desarrollo sexual; la fisiología del aparato genital de la
mujer, de la embriología de los genitales externos femeninos y de las malformaciones congénitas; los peligros y las consecuencias del uso del dietilestilbestrol; el sistema inmunitario en el tracto genital femenino y los temas de la historia clínica y el examen físico en ginecología.