Una explosión.
¿O fue una implosión?
Ya nadie lo recuerda, pero eso fue lo que inició todo:
Las nuevas especies, el enfado de los dioses, las guerras, las muertes... El caos.
Un gran, magnífico y sofocante caos que lo cambió todo, llevando al ser humano al final de la cadena alimenticia y jerárquica, sublimados ante las nuevas razas y siendo obligados a tener roles jamás pensados ante la llegada de nuevos géneros.