La historia nos ha enseñado que la familia tiene carácter universal ya que ha estado presente en todas las culturas, pueblos y civilizaciones, siendo un reflejo en miniatura de las mismas, de allí que se haya considerado como un microestado, siendo la familia el prototipo de vida del Estado y de la sociedad. De tal manera que un Estado será tan sólido en sus principios e instituciones en la medida en que sean sólidas las bases de la familia.