Si hay algo que ha caracterizado al surrealismo, sea que estemos hablando de poesía, fotografía, cine o artes plásticas, es el interés por la exploración del cuerpo, de las figuras que lo representan. En ese ámbito, llaman la atención no solo los puntos en común, sino también los contrastes que podemos hallar entre las distintas expresiones de esta vanguardia, sobre todo entre los versos y las películas.
Cuerpo y surrealismo: de la poesía al cine parte de una inmersión semiótica en las figuras del cuerpo del poemario La tortuga ecuestre de César Moro y el cortometraje Un perro andaluz de Luis Buñuel para apreciarlos como dos obras emblemáticas: por un lado, de cómo los poetas usualmente comprendieron las imágenes corporales como una encarnación mítica y vital del mundo, y por otro, de la manera en que los cineastas las plasmaban con frecuencia para tomar conciencia de las represiones impuestas por la sociedad y de la fragilidad ante la muerte.
De este modo, se analiza la obra de poetas diversos ubicados en los orígenes del surrealismo (Breton o Éluard), al igual que en sus prolongaciones latinoamericanas (Westphalen o Paz) o españolas (Aleixandre o García Lorca). Asimismo, se aborda la obra de cineastas que formaron parte de distintas épocas del surrealismo o que fueron influenciados, en mayor o menor medida, por la vanguardia: Cocteau, Deren, Hitchcock, Fellini, Jodorowsky, Svankmajer, Lynch, Mandico, entre otros. En paralelo, se toman en cuenta las representaciones del cuerpo en la obra plástica o fotográfica de artistas como Dalí, Magritte o Man Ray.