Ésta es una escritura de la memoria censurada por el dolor; se ha escarbado piel adentro para dar con el tono y las palabras justas. La vida en la ruralía del pueblo tabacalero que fue Comerío se desprende de la muerte y el olvido. Así, Archivo rural hila la genealogía del padre y de la familia extendida, tanto como la economía de las mujeres, o el lugar de las mujeres en la economía, como madres reproductoras, tabaqueras, maestras. A diferencia de la escritura nostálgica, la muerte del padre es la clave inicial de toda una reconstrucción. Se evade el tremendismo; se trasciende el patetismo. Vanessa Vilches Norat nos demuestra que se puede escribir así, iluminando un mundo tan despreciado como reprimido, del cual todavía quedan secretos, e incluso prácticas poderosas.
-Marta Aponte Alsina