Gabriel regresa a la Ciudad de México después de ser deportado desde Nueva York. Habiendo probado un bocado del sueño americano, entra a trabajar a casa de los Orozco. Allí conoce a Lucía, quien vive en el privilegio opresivo de su clase social.
A pesar de que son de la misma ciudad, Lucía y Gabriel vienen de mundos distintos y sin embargo se enfrascan en una pasión fulminante que entra en conflicto con todos los tabúes de su sociedad.