El hecho religioso es parte de la historia humana porque es parte irrenunciable de la personalidad del hombre. Existe un dato empírico. Allí donde se encuentra actividad humana, por antigua o sencilla que esta sea, se encuentra el hecho religioso. En cualquier ciudad que uno visite se encuentra con múltiples datos de ese hecho. Lo más visible serán las construcciones: las catedrales o templos de los católicos, las sinagogas de los judíos, las pagodas de los budistas, o las mezquitas de los musulmanes. También las artes se interesan por él: cuadros de pintores famosos, composiciones musicales, escultura y literatura. Asimismo, en nuestra vida de todos los días: saludos, refranes, fiestas, nombres de ciudades y de calles. La dimensión de lo religioso ha sido un factor importante dentro del proyecto histórico o plan de vida de los Awá que se ha fortalecido en los últimos años gracias a las prácticas que en tal sentido han venido desplegando tanto comunidades como autoridades indígenas. La vivencia de lo religioso en los indígenas Awá no es un hecho aislado de su vida diaria ni está tampoco desligado de aquellas relaciones que mantienen con los diferentes grupos asentados en la región.