El viaje a Oriente es el descubrimiento de lo desconocido, repleto de misterio, que se presenta sensual, excitante, cargado de promesas, pero poco fiable, hostil, feroz y cruelEl viaje a Oriente tiene su esplendor desde finales del siglo xviii, con las campaas napolenicas, hasta finales del siglo xix, con la cada del imperio Otomano y la apertura del canal de Suez. Este libro analiza los distintos viajeros que dejaron su impronta, ya fuera con escritos, actos o dibujos, en viajes con fines tan diversos como cientficos, arqueolgicos, espionaje, aventuras o por el simple placer de conocer lo desconocido y peligroso, como los lugares sagrados de Arabia, prohibidos a cualquier occidental. Porque si en algo caracteriz la visin occidental de Oriente fue sobre todo ese afn por lo desconocido, culturas pretritas de gran belleza y sofisticacin, sociedades y costumbres ajenas a lo occidental, con tribus nmadas y ciudades milenarias asentadas entre dunas del desierto y montaas de rocas rojas, o entre jardines de jazmines, olivos y rboles frutales. Pero tambin el misterio del Serrallo, las narraciones de grandes proezas y misteriosos tesoros, la identificacin con el mundo helenstico y romano o las fuentes de las escrituras sagradas. Era un viaje en el tiempo con el anhelo por conocer los orgenes del hombre moderno, un "e;Grand Tour"e; oriental a modo de descubrimiento de uno mismo, aderezado con la posibilidad de vivir grandes desafos, no el menor de ellos contestar a las grandes preguntas, quines somos, de dnde venimos y a dnde vamos. La importancia de los viajeros a Oriente en este tiempo est tan representada en nuestra cultura, en las artes, pintura, arquitectura, literatura como lo es en nuestra visin del mundo y su reflejo en el presente.
El viaje a Oriente es el descubrimiento de lo desconocido, repleto de misterio, que se presenta sensual, excitante, cargado de promesas, pero poco fiable, hostil, feroz y cruel
El viaje a Oriente tiene su esplendor desde finales del siglo xviii, con las campañas napoleónicas, hasta finales del siglo xix, con la caída del imperio Otomano y la apertura del canal de Suez. Este libro analiza los distintos viajeros que dejaron su impronta, ya fuera con escritos, actos o dibujos, en viajes con fines tan diversos como científicos, arqueológicos, espionaje, aventuras o por el simple placer de conocer lo desconocido y peligroso, como los lugares sagrados de Arabia, prohibidos a cualquier occidental. Porque si en algo caracterizó la visión occidental de Oriente fue sobre todo ese afán por lo desconocido, culturas pretéritas de gran belleza y sofisticación, sociedades y costumbres ajenas a lo occidental, con tribus nómadas y ciudades milenarias asentadas entre dunas del desierto y montañas de rocas rojas, o entre jardines de jazmines, olivos y árboles frutales. Pero también el misterio del Serrallo, las narraciones de grandes proezas y misteriosos tesoros, la identificación con el mundo helenístico y romano o las fuentes de las escrituras sagradas.
Era un viaje en el tiempo con el anhelo por conocer los orígenes del hombre moderno, un "Grand Tour" oriental a modo de descubrimiento de uno mismo, aderezado con la posibilidad de vivir grandes desafíos, no el menor de ellos contestar a las grandes preguntas, quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. La importancia de los viajeros a Oriente en este tiempo está tan representada en nuestra cultura, en las artes, pintura, arquitectura, literatura..., como lo es en nuestra visión del mundo y su reflejo en el presente.