Salte primero. Tema después.¿Recuerda cómo se emocionabas pensando que podía volar? ¿O con la aventura de viajar con la imaginación? ¿O con el gozo y el abandono de correr, saltar y jugar intensamente, sin preocuparse por lo que «pudiera pasar»?«Todos llevamos dentro una voz», dice el autor en su Introducción. «Nos habla continuamente, llamando a la puerta de nuestra conciencia. Cuando somos niños, esa voz es muy fuerte, y nos sorprende, llenándonos de una abrumadora claridad. Nos grita, pero como un susurro. Es la voz del asombro, que nos hace maravillarnos ante la vida: la voz de Dios, que siempre nos ha estado hablando, aun antes que naciéramos. Pero un triste día, dejamos de oír esa voz, y solo nos queda el silencio; un silencio estruendoso. Nosotros no queríamos dejar de oírla, y de hecho, Dios nos sigue hablando, pero nuestra vida se ha vuelto más ruidosa. El aumento constante de nuestras posesiones, el atronador ruido de nuestra agitación constante y esa actividad incesante que nos perfora el alma han ahogado el susurro de Dios».En El alto riesgo de creer como un niño Michael Yaconelli le invita a recuperar el gozo de ser niño para aplicarlo a su relación con Dios. Le animará a hacer preguntas difíciles sobre la fe y a tomarle la palabra a Jesús cuando dice: «El que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él».Si está buscando el gozo y la libertad que da la fe, este libro abrirá sus ojos y su vida a la posibilidad de una emocionante aventura en su relación personal con Dios.